Nuestro bienestar o nuestra salud a largo plazo. Desde tóxicos que incorporamos en nuestro cuerpo por el aire que respiramos, la bebida y los alimentos que tomamos o incluso las cremas y lociones corporales que usamos, hasta sustancias tóxicas que producimos nosotros mismos con nuestros pensamientos y emociones y manteniendo un estrés continuado en nuestra vida.
En éste articulo no podemos hablar de todos los tóxicos que están alterando nuestra salud, pero sí que pretendo abriros la conciencia y facilitaros algunas recomendaciones por donde empezar a cambiar el estilo de vida hacia una vida sin tóxicos.
Cuando hablamos de contaminación química nos imaginamos las grandes ciudades, los pesticidas de los campos, los residuos que grandes fábricas tiran a los ríos sin control… Pero por desgracia va mucho más allá de todo esto.
Las sustancias tóxicas las tenemos más cerca de lo que imaginamos, por ejemplo en nuestros hogares.
Todas éstas industrias que imaginamos de las grandes ciudades están elaborando productos de uso cotidiano como pinturas, productos de limpieza, plásticos, muebles, tejidos, productos de higiene,…
Pensamos que cada persona respira diariamente entre 15000 y 20000 litros de aire, que los pulmones sintetizan y filtran, y gran parte de éstas sustancias respiradas pasan al torrente sanguíneo. Así es que los análisis demuestran que en nuestros organismos hay centenares de sustancias químicas tóxicas. Cualquier material de nuestro hogar desprende micropartículas que acaban dentro de nuestro cuerpo a partir de la respiración y la hidratación.
¿Qué pasa con éstas sustancias tóxicas?
Nuestro organismo tiene sus propias sustancias que cumplen una determinada función. Dentro nuestro hay química, la química de la vida, que lleva funcionando millones de años dentro de un determinado equilibrio. En tanto, cualquier sustancia artificial sintetizada en laboratorios para cualquier función, como podría ser un aditivo para que un plástico sea más flexible, no cumple ninguna función dentro de nuestro organismo y, como ya ha estado demostrado científicamente, éstas sustancias ajenas acaban generando problemas graves.
La química de la Vida ha entrado en conflicto con la química de la tecnosfera que ha invadido todo nuestro entorno.
La gran mayoría de organismos internacionales, como la OMS, han determinado que la contaminación química en los hogares ya se ha convertido en un problema de salud pública contra la cual se debe actuar, por su elevado coste a todos los niveles.
¿Qué contaminantes tenemos en nuestro hogar?
- Aislantes
- Pinturas
- Recubrimientos
- Plásticos
- Productos de limpieza
- Pesticidas domésticos
- Ambientadores
- Productos de cosmética e higiene personal
- Alimentos
- Otros pequeños detalles como tintes, baterías, bolígrafos, latas de conservas de alimento, sartenes, ollas, platos, vasos, cubiertos,…
¿Qué efectos pueden producir?
- Alteraciones en el desarrollo puberal y comportamiento de los niños (TDHA, autismo,…)
- Alteraciones en la salud reproductiva y desarrollo fetal
- Alergias (como dermatitis o rinitis, entre otras)
- Asma
- Obesidad
- Diabetes
- Enfermedades autoinmunes
- Inmunosupresión
- Cáncer
- Alzehimer y parkinson
- Hipersensibilidad química múltiple
- Intoxicaciones agudas por ingerir tóxicos
¿Qué podemos hacer para limpiar nuestro hogar de los tóxicos?
Para limpiar nuestro hogar de los tóxicos primero debemos limpiar nuestra mente de una serie de planteamientos erróneos y desmotivadores como “si está a la venta es seguro”. Por desgracia no es así en un sistema económico lleno de intereses. Está demostrado por numerosos estudios que los controles no son suficientes ni seguros en muchos casos.
Es importante pues, adoptar una posición madura y con espíritu crítico que nos lleve a cuestionarnos hasta qué punto están controladas las cosas de verdad.
Hay un gran vacío legal en el control de la contaminación química en los hogares. Hecho que nos debe animar más a actuar por nuestra cuenta a reducir la contaminación doméstica.
Otro factor importante que debemos tener en cuenta es que el pesimismo es tóxico. Sí sí, una actitud pesimista frente a la vida. ¡Debemos pensar en positivo! Una idea negativa a combatir y que podemos reflexionar es “¿como que todo está contaminado, de que sirve que yo haga alguna cosa para evitarlo?»
Todo esfuerzo individual ¡SUMA!
Probablemente no podamos eliminar todos los tóxicos de nuestros hogares, pero todo lo que sí está en nuestras manos y podemos reducir tendrá un efecto muy positivo.
Como individuos tenemos más poder del que nos imaginamos. Cuando optamos para que nuestros hogares no haya determinadas sustancias tóxicas, escogiendo productos alternativos, estamos fortaleciendo un sistema productivo limpio y debilitando al sistema productivo tóxico.
Fijaros, ahora que la gente se va concienciando y comprando más ecológico, la gran mayoría de marcas comerciales se están anunciando como que llevan un determinado % de ingredientes eco,… aquí ya es cuando debemos empezar a seleccionar bien y mirar muuuuy bien las etiquetas, pues solo con la publicidad ya nos están engañando.
¿Como higienizarnos con productos libres de tóxicos?
¿Sabías que todo lo que entra a tu piel va directamente al torrente sanguíneo y al cerebro? La piel es el órgano más grande que tenemos y, es por eso, que debemos tener cura a la hora de escoger los productos de higiene personal y cosmética que compramos y utilizamos. Centenares de estudios científicos demuestran que muchos problemas de salud vienen derivados de todos los aditivos sintéticos que llevan la gran mayoría de productos de higiene personal y limpiadores del hogar (desde conservantes, colorantes, aromas u otros). Por lo tanto, reducir éstos tóxicos nos puede ayudar a luchar contra éstos problemas de salud. ¡Pero no tenemos que alarmarnos!
Por suerte hay alternativas naturales, veganas, ecológicas, biológicas, sostenibles y frescas libres de contaminantes.
A nivel de alimentación debemos tener en cuenta los pesticidas disruptores endocrinos.
Hoy el uso de pesticidas en la agricultura es una práctica generalizada y constante, de manera que cada año se escampan sobre las áreas cultivadas de la UE más de 400.000 toneladas de principios activos de estos venenos, siendo precisamente España, según los últimos datos de Eurostat, el país donde se producen mayor uso de estas sustancias.
Un alto porcentaje de los productos alimentarios europeos contienen residuos de pesticidas, tal como muestran los informes regulares de la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), entre otros numerosos estudios realizados. Hay una exposición generalizada de la población a éstas sustancias.
Muchos pesticidas son disruptores endocrinos, es decir, sustancias que podrían alterar el equilibrio hormonal.
Numerosos estudios científicos demuestran que las sustancias disruptoras endocrinas podrían actuar a niveles muy bajos de concentración, inferiores a los límites legales actualmente establecidos. Es más, de manera similar a como sucede con las sustancias cancerígenas, por ejemplo, se duda también que para las sustancias disruptoras endocrinas se pueda establecer un lindar realmente seguro de exposición por bajo que sea.
PROPUESTAS PARA VIVIR CON MENOS TÓXICOS
- Compra mayoritariamente o en la medida de lo posible productos ecológicos.
- No contamines los alimentos al cocinarlos. Observa las sartenes de tu casa: ¿están en perfectas condiciones? Empieza el cambio y tira una y compra una nueva que sea de materiales no contaminantes como la cerámica, el acero inoxidable, hierro, teflón libre de PROAs,…
- Purifica el aire de tu casa con plantas purificadoras que absorben los tóxicos como las cintas, el potus, el aloe vera, el ficus…
- Limpia las frutas y verduras con aceite esencial de limón o vinagre.
- Prepara ambientadores caseros a base de aceites esenciales.
- Compra productos de higiene y cosmética biológicos y libres de aditivos sintéticos.
- Alimentación saludable rica en antioxidantes como la vitamina C (en muchas frutas, te verde, pimienta negra) o los ácidos grasos omega 3.
- Disminuye tu estrés.
¿Y CON LOS TÓXICOS QUE YA HEMOS INGERIDO, QUÉ PODEMOS HACER?
Detoxifica tu cuerpo regularmente SIEMPRE BAJO LA SUPERVISIÓN DE BUENOS PROFESIONALES DE LA SALUD:
a. Ingiere alimentos y especias depurativas como el cilantro, el jengibre,
b. Toma baños con sal marina y aceites esenciales,
c. Masajes, siempre con un buen profesional, para activar nuestro organismo
d. Reflexoterapia podal para ayudar a nuestro organismo a activar sus propios mecanismos de detoxificación como los pulmones, intestinos, hígado, riñones, sistema linfático, piel
e. Practica ejercicio físico.
En resumen, un hogar libre de tóxicos es un hogar más sano para los que lo habitan, a parte de que también es más sano para la ecología en general, ya que si no se utilizan todas éstas sustancias químicas y aditivos sintéticos nocivos como hemos estado hablando, estamos favoreciendo que se dejen de utilizar por parte de la industria, reduciendo también eventuales problemas para los trabajadores y el medio ambiente en general. Al mismo tiempo, desde los hogares dejaran de salir una serie de sustancias como pueden ser las que hoy contaminan las aguas o las que pueden acabar en forma de residuos sólidos y que generan graves problemas de gestión de los mismos.
Los hogares son el eje central del consumo, así que eliminar la entrada de tóxicos tiene una importante trascendencia en la reducción general del problema de la contaminación química ambiental y personal.
Ahorrando en el uso de sustancias tóxicas estamos proporcionando más salud al planeta y a nosotros mismos.
La contaminación química es uno de los retos ecológicos sanitarios más grandes de la Humanidad y en los hogares podemos ganar una importante batalla para ayudar a solucionar éste problema global y que nos afecta a todos y a las generaciones próximas.
Ahora pues está en vuestras manos ponerlo en práctica.
Cada uno de nosotros tenemos el poder de cambiar las cosas. Los actos aparentemente más pequeños pueden modificar el estado actual de la cuestión.
¡Una casa sana y libre de tóxicos es posible!
Y, además, pon en práctica las 3R: reducir, reutilizar y reciclar!